El escudo de Antiguo Cuscatlán es como una expresión gráfica de la visión de un conglomerado, identificado históricamente por su laboriosidad y anhelos de superación y paz.

El escudo nos brinda una retrospectiva. Al indio Atlacatl, icono del bravío guerrero cuzcatleco, que defendió de los colonizadores el Señorío de Cuscatlán, que figura en la parte superior izquierda, con un rojo cobrizo en su cuerpo indomable como su espíritu.

Flanqueándolo, aparece el límpido firmamento cuscatleco, con sus pléyades reflejándose en el azul profundo de las aguas de La Laguna (ahora zona industrial por haberse secado), rodeada de las altivas montañas que fueron testigos vegetales de la bravura de nuestros guerreros.

En la parte inferior izquierda del recuadro, está la legendaria Ceiba, símbolo de la ecología de un distrito que aún se precia de conservar buena parte de su medio ambiente, propiciando condiciones de frescura y salud a sus habitantes.

A la derecha, abajo, la iglesia, víctima de sucesivos terremotos y objeto de igual cantidad de reconstrucciones; conservando siempre su original estilo colonial y, fundamentalmente, la fe cristiana de la comunidad.

Debajo del recuadro, está el año 1054 que recuerda cuando Topilzín Axcitl fundó su cacicazgo o señorío de Cuscatlán, teniendo a la base dos mazorcas de maíz, producto agrícola que forma parte de los tradicionales alimentos salvadoreños.

Al recuadro lo bordean un hilo color oro, símbolo de la infinidad; los colores azul y blanco de nuestra bandera. En la parte inferior, el café en flor; al centro, el jade (Cuscatlán significa en idioma nahut “el país de las preseas” o “la ciudad-joya”) y el maíz.

El escudo de Antiguo Cuscatlán nació en 1981 como producto de un concurso a nivel escolar del municipio y el diseño ganador pertenece a don Marlos Castro Brito, ciudadano de Antiguo Cuscatlán.